viernes, 28 de noviembre de 2008

Esperando al jinete de la ultima esperanza

De todas las armas que el hombre ha inventado la más poderosa es la palabra. Los puñales y lanzas dejan vestigios de sangre, las flechas pueden ser vistas a distancia, los venenos terminan por ser detectados, pero la palabra consigue destruir sin dejar rastros.

Las palabras de alguien a quien quieres también puede ser una experiencia temible, incluso más que estar ante un asesino apuntando con un arma al corazón. Porque si dispara muero rápido y el resto queda a cargo de Dios, pero si el amor me hiere suele ser lento y soy yo misma quien debe asumir las consecuencias.

5 comentarios:

el.yau dijo...

Ay mi querida natalia ... el poder de las palabras no? ... un día te pueden elevar por los cielos y luego te pueden dejar caer ... el tiempo pasa y pasa, y las heridas aveces solo cicatrizan por fuera ... y solo las palabras son las que demuestran que seguimos sangrando ...

.. aya voy! ... hasme una seña en el kilometro 257 ..

Un beso.


el.yau.

propenso dijo...

En serio hay palabras que matan, que duelen que hieren y por poco hacen llorar hasta los más rudos.
Bueno, hay que saber manejarlas no más, y más poder soportarlas.
Saludos, cuidate.

Antonio Mundaca dijo...

feliz navidad anticipada, al menos por aca, alla es verano cierto?

AlejandrO dijo...

mas de acuerdo contigo no puedo star, reconocer y no buscar a un culpable...debemos asumir y comprender pq de nuestro actuar!!! yo creo q eso es lo mas importante...

abrazos y besos para ti

Daslav Vladilo dijo...

uuy el poder de la palabras puede liquidar hasta la persona mas segura del mundo ..muchos saludos hace años q no pasaba jajaja