domingo, 18 de noviembre de 2007

a maravillarse de la simpleza


El otro día leía el blog de un primo donde contaba sobre una conversación que tuvo su papá con su hmno chico, este le preguntaba qué queria ser cuando grande y él inoscentemente le respondía que sería un "superhéroe".


Y es que definitivamente hemos perdido el encantamiento por las cosas simples.


A continuación un cuento quizás fome de tan simple, pero se la escribi a mi hijo agustin hace un tiempo atrás:




Un día la mamá de Agustín le pidió a su hijo que lo acompañara al banco a depositar un dinero que estaba ahorrando, ¿y para qué quieres guardar dinero mamá?, preguntó Agustín.
Para ti, para tu futuro, para que estudies y seas lo que quieras ser, contesto ella.
Al llegar a la casa Agustín como de costumbre fue al baúl de sus juguetes, pero por mas que los sacaba ya ninguno lo entusiasmaba, entonces empezó a recordar lo que su madre le había dicho y pensó:
Seré un bombero, porque los bomberos son valientes, salvan vidas y son ágiles, y aunque hasta ahora Agustín no era muy valiente ni muy ágil y nunca había salvado la vida de nadie ¿qué importaba?, pero luego pensó lo peligroso que era el fuego, lo mal que había quedado el niño de la esquina que se había quemado y eso sí le importaba.
Entonces seré un marino, claro que los marinos son altos y Agustín era bajito, los marinos son osados y Agustín era mas bien cobarde, los marinos siempre ven delfines, pingüinos, lobos de mar y Agustín solo los conocía por la tele, pero ¿qué importaba?, luego se acordó de lo mucho que se mareaba las pocas veces que se había subido en botes o lanchas y eso sí le importaba.
Pensó en ser un doctor; ayudan a la gente enferma, siempre viven en casas lindas con autos lujosos y hablan con palabras raras que siempre a él le llaman la atención en un tono de voz seguro y firme, y aunque él no tenía ese tipo de voz ni usara las palabras extrañas que suelen usar los doctores cuando salen en la tele ¿qué importaba?, pero luego recordó el pánico que le da ver sangre y eso sí le importaba.

Entonces se dio cuenta que el pensar en su futuro más que entusiasmarlo lo complicaba y que lo que realmente quería no era ser un marino, un bombero o un doctor, lo que quería, por lo menos por ese momento, era seguir siendo el mismo niño de siempre.

2 comentarios:

Nacho dijo...

Pero cuando uno se va haciendo adulto lo que quiere es dejar de ser niño y hacer cosas, que aunque te dan miedo, se hacen por otra persona. Por la que amas.

Ésa es la única patria que te hace feliz y te hace sentir un Hombre.

Besorrio, Nat.

Elizabeth dijo...

me encanto tu minicuento y muy entretenido. Mejor que siga jugando, ya que es muy pequeño para pensar en su futuro,todo tiene su tiempo
besitos y saludos por allá